AIONA SANTANA

Born in Belgium to Venezuelan roots, Aiona Santana’s story feels like a song that’s just beginning to play—one that’s filled with rhythm, soul, and a little bit of magic. She’s a singer-songwriter on the rise, a genre-bending force who’s blending reggaeton, pop, salsa, and tambor into a sound all her own. It’s her perspective—raw, authentic, and undeniably her—that’s pushing her to the forefront of a new wave of Latin American creatives emerging from Canada, ready to make their mark on the world stage.

Growing up between Caracas and Ottawa, Aiona’s world was a tapestry of music and culture, a place where the beat of her heritage and the pulse of her surroundings collided. After earning a Bachelor of Music in Voice from Carleton University—where she also explored composition and songwriting—she started building a catalog of songs that tell stories, that make you feel something real. Her music isn’t just sound; it’s an invitation to look inward, to find strength and pride in your own story.

Now, with a co-publishing deal with Anthem Entertainment behind her, Aiona is about to release her debut album, Lo Que Me Faltó Decirte. It’s an introspective journey—reflecting her roots, her experiences, and her ambitions—an album that’s as much about self-discovery as it is about making music. And beyond the solo spotlight, she’s a collaborator, crossing borders and genres, connecting with artists across the continent, always pushing forward.

Her energy? Infectious. Her talent? Unquestionable. She’s performed at major festivals like the Tulip Festival and Latin Sparks in Ottawa & Toronto, the International Women’s Fest in Toronto, opened for Blessd and El Alfa, and she’s headlining Fuego Fuego in Montreal again—her second time—where she previously shared the stage with legends like Feid, Arcangel, Wisin & Yandel, Becky G, and Manuel Turizo. Pressure? None. Aiona has already electrified more than 100,000 people in Mexico City’s Zócalo for Pride. That’s the kind of fire she’s got.

Nacida en Bélgica con raíces venezolanas, la historia de Aiona Santana se asemeja a una canción que acaba de empezar a sonar—una melodía llena de ritmo, alma y un toque de magia. Es una cantante y compositora en ascenso, una fuerza que desafía géneros, fusionando reggaetón, pop, salsa y tambor en un sonido completamente suyo. Es su perspectiva—cruda, auténtica e inconfundible—la que la impulsa a liderar una nueva generación de creativos latinoamericanos que emergen desde Canadá, listos para dejar su huella en el escenario global.

Criada entre Caracas y Ottawa, el universo de Aiona fue un tapiz de música y cultura, un espacio donde el pulso de su herencia y la vibración de su entorno chocaron y se enriquecieron mutuamente. Tras obtener una licenciatura en Música con especialización en Voz en la Universidad de Carleton—donde también profundizó en composición y escritura—comenzó a construir un repertorio de canciones que cuentan historias, que despiertan emociones genuinas. Su música no es solo sonido; es una invitación a la introspección, a encontrar fuerza y orgullo en la propia historia.

Con un acuerdo de coedición con Anthem Entertainment, Aiona está a punto de lanzar su álbum debut, Lo Que Me Faltó Decirte. Un viaje introspectivo que refleja sus raíces, sus experiencias y sus aspiraciones—un disco tan dedicado al autodescubrimiento como a la creación musical. Y más allá del escenario en solitario, ella es una colaboradora incansable, cruzando fronteras y géneros, conectando con artistas de todo el continente y siempre avanzando con determinación.

Su energía, contagiosa. Su talento, indiscutible. Ha actuado en festivales importantes como el Tulip Festival y Latin Sparks en Ottawa y Toronto, el International Women’s Fest en Toronto, ha abierto conciertos para Blessd y El Alfa, y volverá a ser la cabeza de cartel en el Fuego Fuego Festival en Montreal—su segunda vez—donde previamente compartió escenario con leyendas como Feid, Arcángel, Wisin & Yandel, Becky G y Manuel Turizo. ¿Presión? Ninguna. Aiona ya ha electrizado a más de 100,000 personas en el Zócalo de Ciudad de México durante las celebraciones del Pride. Esa es la chispa que lleva consigo.